domingo, 20 de julio de 2014

Cambiar el Rumbo...

Parece que los emprendedores son sólo jóvenes brillantes con sed de éxito y ganas de comerse el mundo. Pero cada vez más profesionales con mucha experiencia deciden probar suerte por su cuenta. 


En España, los profesionales de más de 50 años que se convierten en empresarios son más cada dia. Los motivos son diversos (aumentar sus ingresos, mantener una actividad laboral, cumplir un sueño, etc.). Lo cierto es que casi el 30% de la poblacion de España son mayores de 50 años y de este porcentaje el 80% está en plenas condiciones de seguir su actividad.



Esto ofrece un gran valor acumulado en Recursos Humanos y una vasta experiencia, dificil de conseguir si no es con estas edades.



En nuestro país conviven dos realidades:


  • Por un lado; la de los profesionales altamente cualificados que han llegado a puestos directivos en sus trayectorias laborales y que deciden aprovechar para si mismos su experiencia, conocimientos, red de contactos y colchón financiero para crear su propio negocio.


  • Por el otro (el mas común) están los trabajadores que sin vocación ante el emprendimiento, se ven abocados a crear un negocio propio, ante la dificil situacion del mercado laboral; enfrentandose en muchos casos a la falta de estructura, falta de conocimientos y desmotivaciones familiares o de su entorno.



Si éste es tú caso; quizás puedas recapacitar sobre los siguientes puntos que recogo de la   "Guia breve para la reinversion profesional", y que aconsejo para su lectura:


  • Supervivencia. “Si no estás ocupado naciendo, estás ocupado muriendo.” 

  • Networking. Si quieres consejos diferentes, pídelos a personas diferentes.

  • Reorientación. La reinvención de las personas requiere la reinvención de los orientadores.

  • Propósito. Si no persigues un objetivo claro no te estás ‘reinventando’, solo estás deambulando.

  • Intra-reinvención. Conviértete en un profesional nuevo dentro de tu empresa.

  • Experimenta. Empieza algo nuevo.

  • Proceso. La reinvención profesional no es una urgencia, es un camino.

  • Apertura. Considera también lo que no te gusta, no te encierres en tus preferencias.

  • Recontextualiza. Experimenta los mismos lugares de otra forma.

  • Autonocimiento. No esperes una chispa, piensa en llenar un embalse.

  • Intereses. Haz más de lo te gusta hacer mientras haces lo que tienes que hacer.

  • Competencias. No pienses en títulos o en profesiones, piensa en habilidades y servicios.

  • Concreta. Polivalencia es volar, especialización es aterrizar.

  • Idealizaciones. No “construyas tu sueño”, trabaja en la dirección que te interesa.

  • Dedicación. La vocación no se espera, la vocación se construye.

  • Movilidad. Si la vida que quieres no viene, mira a ver dónde se ha metido.

  • Tiempo. No gestiones el tiempo, gestiona lo que haces.

  • Cerrar. Deja de avanzar por una vía muerta.

  • Oportunidades. La reinvención se esconde tras cada pequeño evento vital o profesional.

  • Insistencia. Trabaja en lo que puedas pero no dejes de buscar lo que quieres. Aunque sea un minuto al día.

Motivación - Ese gran desconocido en la empresa española.



La trascendencia que tiene la motivación laboral comienza con un par de sencillas preguntas:



  • ¿Qué es lo que impulsa a una persona a dar lo mejor de si misma?.
  • ¿Qué es la motivación?.


En general lo que impulsa a las personas es su deseo de alcanzar su meta u objetivo, este deseo es mayor o menor dependiendo de cada persona individual. 

Para la segunda pregunta "La motivación no es un acto, un momento o una acción. Es más bien un conjunto coordinado de acciones y un proceso reflejo de la personalidad del individuo"; de aquí se puede destacar el hecho de que la motivación no es más que reflejo de la personalidad del individuo.

En consecuencia las empresas que cuenten con plantillas motivadas son también las que presentan mejores números en la cuenta de resultados, ya que las personas que tienen una alta motivación suelen rendir más en sus trabajos, aprovechan mejor el tiempo y alcanzan con mayor facilidad los objetivos marcados por la empresa.

Por tanto la motivación laboral debería ser una las tareas fundamentales del departamento de gestión de recursos humanos de cualquier empresa y consiste en el conjunto de estímulos que recibe la persona trabajadora que le guían a actuar de una determinada forma en el ámbito laboral.

Pero, ¿cómo se motiva realmente a los trabajadores? En mi opinión son cinco las herramientas básicas para conseguirlo:

  • El dinero. Obtenerlo es el principal motivo por el que cualquier persona trabaja. Con él no sólo cubrimos nuestras necesidades de consumo, sino también la “necesidad de estatus”.
  • El buen trato laboral. Tan importante como la primera o mas si has sufrido un "mobbing". Cuando desarrollamos nuestro trabajo en un clima laboral favorable, comunicativo y que potencia las relaciones humanas, tambien nos sentimos integrados con la empresa y por tanto tienes mejor productividad.
  • Las expectativas de futuro. Son esenciales para motivar a los empleados. Cuando el trabajador es consciente de que tiene posibilidades de mejorar y de ascender en su puesto de trabajo, sus esfuerzos y su motivación son mayores, ya que sabe que estos pueden tener algún tipo de repercusión profesional que mejore su posición en la empresa.
  • El reconocimiento del trabajo. No somos máquinas, sino personas, y como tales tenemos sentimientos. Por ello, las empresas han de tener en cuenta el esfuerzo que hace cada persona en su puesto de trabajo, independientemente de la posición que ocupe, y es necesario recompensarlo de alguna manera.
  • Colaboración en el trabajo. Es importante hacer que los subordinados sean partícipes de los problemas de la empresa, se deben otorgar tareas de responsabilidad y delegar funciones. De esta forma, los trabajadores se sienten parte de la organización y son conscientes de que sus actuaciones son importantes y necesarias para el funcionamiento de esta.

Se trata de cinco herramientas de sentido común de las que puede depender el éxito o el fracaso de una empresa. Por ello, cada empresa debe aplicar unos incentivos motivadores en sus políticas de gestión de recursos humanos, con el objetivo de que el rendimiento y la productividad de sus empleados mejoren.